Desde chica sé cómo se agarra una aguja y cómo se entrelaza la lana en los dedos para conseguir una tensión perfecta para la lazada y luego el punto. Mi mamá me enseñó a hacerlo.
Siempre escuchaba decir la maravillosa terapia que era tejer, pero no lo entendí realmente hasta que me propuse empezar un "muñequito" y terminarlo. La emoción de verlo crecer, darle forma, darle un alma.
Luego de Lola (mi primer amigurumi, una coneja sin ojos ni nariz ni boca, pero hermosa), me dí cuenta de todas las cosas que sería capaz de hacer con una aguja de crochet y un poco de lana.
Hace muy poquito compramos una máquina de coser, de la que no sabía absolutamente nada, ni siquiera enhebrarla. Hoy, he hecho algún que otro remiendo y estoy incursionando en el patchwork y quilt... Muchos ya saben qué es esto, el que no, le recomiendo una vista rápida en Google ... ¡Son verdaderas obras de arte en tela!
Desde este humilde rincón, les compartiré mis andanzas con lanas, agujas, hilos y retazos.
¡Un abrazo a todos!
Espero que les guste el paseo. ¡Compartan y comenten!
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